No obstante, el Ministerio de Turismo decidió celebrar la feria, según lo previsto, pero en un formato diferente para tratar de disuadir el pensamiento de los opositores.

Las reuniones que se celebrarán en la capital francesa que serían en el Grand Hotel se han trasladado a distintos lugares, después de que el hotel expresó su temor de que docenas de manifestantes anti-Israel dañarían el lugar.


El Ministro de Turismo Ruhama Avraham-Balila dijo: «El Ministerio de Turismo no cederá a la presión de los sectores anti-Israel que tratan de dañar y perturbar la actividad de Israel en el mundo y seguirá trabajando para fortalecer la imagen de Israel como un lugar seguro y un atractivo turístico, un país en busca de la paz durante el trabajo de defender a sus ciudadanos y visitantes.»