Un laico Judío creciendo en Morris County, una sociedad dominada por cristianos, relata que su identidad judía se perdió en el fondo.

Por lo general, no fue sino hasta la Navidad, cuando quiso ver adornada su casa, lleno de árboles de puntos brillantes, algo que miraba en las casas y jardines de su barrio, fue cuando su espíritu judío se perdió.

Su identidad religiosa se define más por su exclusión de eventos que por su participación en ellos.

Sus padres incluso una vez que se presentan en su casa, procede a esconder el árbol en la casa sólo para no sentirse aislado.
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Lo que se vive en Israel por los últimos cuatro meses ha puesto de manifiesto la importancia del judaísmo, y no por sus arcaicas normas y restricciones, sino por su capacidad para conectar a personas e inculcar en ellos un sentimiento de solidaridad y pertenencia.

Este singular vínculo atrae Judíos a Israel de todos los rincones de la Tierra, de lugares tan remotos como los Estados Unidos, Etiopía, la Argentina o Irán por ejemplo.

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