La Ciudad Vieja está dividida en cuatro barrios, de mayor a menor, el barrio árabe, el barrio judío, el barrio cristiano, y el barrio armenio; el barrio judío fue expandido a partir de 1967.

En 1948, antes de la creación del Estado de Israel, la Ciudad Nueva tenía una extensión de 19,3 km², frente a 0,8 km² de la Ciudad Vieja. La propiedad árabe en ella era del 40%, la judía del 26,12% y las comunidades cristianas del 12,86%.

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Las propiedades del gobierno y la municipalidad eran del 2,9%, el resto (17,12%) correspondía a calles, carreteras y vías férreas.

Como resultado del armisticio que siguió a la guerra de 1948, el 84% de la ciudad moderna pasó a ser parte del estado de Israel. En esos poco más de 16 km², la propiedad árabe era del 33,69% frente al 30% de propiedad judía.

Desde 1967, la nueva municipalidad surgida tras la Guerra de los Seis Días extendió los límites de la ciudad mediante la anexión de tierras de propiedad árabe del resto de Cisjordania.

Hoy la ciudad alberga a casi medio millón de habitantes judíos, de los cuales 180.000 son colonos en los asentamientos de Jerusalén Este.

Los habitantes palestinos de la ciudad suman 200.000 y, a pesar del elevado nivel de vida, en comparación con aquellos que viven en territorio dominado por la Autoridad Nacional Palestina, se niegan en su gran mayoría a aceptar la ciudadanía israelí, como acto simbólico que indica el rechazo a aceptar la soberanía ísraelí en la ciudad.

El estatus de Jerusalén sigue siendo uno de los puntos clave del conflicto palestino-israelí.

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